Ser emocionalmente fuerte no es cuestión de resistir más sino de saber "recargarse".

Nos han hecho creer que ser fuerte significa ser capaces de soportar más. Cuanto más trabajamos y nos esforzamos, más resistentes nos hacemos. Así, llega el punto en el que las fuerzas nos abandonan pero siempre hay algo que nos dice que debemos seguir, que no podemos desfallecer. De hecho, en los últimos años incluso la publicidad ha comenzado a jugar con esta idea recomendándonos tomar reconstituyentes prácticamente para todo porque detenerse no está bien visto. De esta manera todo a nuestro alrededor nos transmite el mensaje de que no podemos parar, que necesitamos seguir adelante, porque eso significa que somos fuertes. Para leer más.